Accede a Sargentería

La Escala Básica de Suboficiales fue creada en la Ley 13/1974 en respuesta, tal y como se justificaba en su preámbulo, a la acelerada evolución que los ejércitos experimentan en sus exigencias de especialización, a la necesidad de que los mandos de las unidades elementales estén constituidos por personal adecuado al cumplimiento de su misión y a la posesión del nivel académico imprescindible para el desempeño de los suboficiales.

Y para alcanzar este objetivo, se publicó en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército, correspondiente al día 4 de junio de 1974, la orden de creación de la Academia General Básica de Suboficiales. Centro que se ubicaría en el Campamento “General Martín Alonso”, en la localidad leridana de Tremp, donde se desarrollaría a partir de entonces el curso común de la enseñanza militar de los Suboficiales.

Fue éste un paso muy importante y necesario para la modernización de nuestro Ejército y desde entonces hasta nuestros días, en continuo proceso de adaptación a los sucesivos cambios normativos y diversos planes de enseñanza habidos, la “Básica” ha estado siempre cumpliendo con la misión para la que fue creada: proporcionar a nuestro Ejército los mejores suboficiales, capaces de continuar más de cinco siglos de gloriosa historia, de incorporarse sin fisuras a una sociedad exigente y de enfrentarse con decisión a cuantos retos plantee la evolución tecnológica. La Academia sirve de crisol para todos los suboficiales, pues es el lugar en el que nace y se forja el “espíritu de promoción”, tan importante para equilibrar los sentimientos de pertenencia al también loable “espíritu de Arma o de Cuerpo”, y fomenta una forma de entender la profesión de la milicia, una forma de ser y estar que ha resultado un éxito.

Ahora, con motivo de cumplirse el 46º aniversario de la creación de la AGBS, quiero con este mensaje dirigirme a vosotros, a los más de 27.000 hombres y mujeres que formáis parte de aquel proyecto que rápidamente se convirtió en una estupenda realidad. Estas fechas son un buen momento para recordar aquellas vivencias, más o menos lejanas, y estoy seguro de que ahora lugares, imágenes y sensaciones de vuestro paso por la Conca vuelven a vuestra mente: Talarn, Santa Engracia, Gurp, San Cornelio y, por supuesto, Costampla, aún hoy, os traen el aroma a buenos momentos y duras jornadas; a ilusión y futuro; a orgullo y responsabilidad; a esfuerzo y sacrificio; a compañerismo y amistad; a disciplina, abnegación y lealtad.

En la Academia sellasteis vuestro firme compromiso de servir a la Patria, adquiristeis los conocimientos técnicos y os imbuisteis de los valores militares que os hacen ser la envidia de los ejércitos extranjeros con los que venimos trabajando desde hace años. Y lo hacéis en lugares, momentos y situaciones en los que se ponen a prueba el valor y la calidad de los buenos soldados. Es indiferente el tiempo que haya pasado desde que los cordones blancos adornaron por primera vez vuestro uniforme. Indudablemente, el paso por la Academia os ha dejado huella y por eso resulta obligado este recordatorio.

En estos momentos España, como la práctica totalidad de los países de nuestro entorno, atraviesa un momento crítico a causa de la terrible pandemia. Por eso, no van a ser posibles este año los distintos actos de conmemoración de la efeméride que habitualmente se celebran y no podréis reuniros para entonar vuestro Himno y brindar y charlar sobre aquellos días. Pero no podemos, ni debemos dejar pasar la fecha sin hacer un breve alto y echar la vista atrás y, entre 1.000 anécdotas, recordaos a vosotros mismos inexpertos e inseguros, pero llenos de ilusión, fuerza y ganas de comerse al mundo. En estos momentos complicados, a todos nos vendrá bien beber de esa fuerza y entusiasmo para encarar con energía los retos que como Ejército se nos presentan.

Es mi propósito, aprovechando esta fecha de referencia, reconocer, a cuantos integráis o habéis pertenecido a la Escala Básica de Suboficiales, vuestra magnífica labor y animaros a continuar en la misma línea. Y es este también un momento para rendir, una vez más, un sentido homenaje a todos aquellos que ya no están entre nosotros porque ya cumplieron el juramento que empeñaron, ya fuera en acto de servicio o en la lucha de la propia vida. Sirvan estas líneas de emocionado recuerdo para todos ellos que labraron parte de este camino y con quienes anduvimos un trecho.

Y como no podría ser de otra manera, quiero finalizar mi mensaje con vuestro lema, nuestro juramento y el grito de guerra de todo un Ejército: ¡A España servir hasta morir!

Mensaje del General de Ejército JEME con motivo del 46º Aniversario de la creación de la AGBS.